Conmemorando a Marilyn Monroe

Conmemorando el aniversario luctuoso de Marilyn Monroe, que la verdad no se ponen de acuerdo si fue el 4 o 5 de agosto (que quiero suponer que es así por que murió en la noche del 4 para el 5), que lamentablemente murió en esa fecha a la edad de 36 años, por ello entrada se la quiero dedicar a la gran icono del cine, música y cultura pop del siglo XX.

Quizá este demás hablar de su biografía y filmografía, ya que existe mucha info en la red relacionada a ella, pero hasta la fecha, las curiosidades sobre ella nos impresionan, cada día el mundo se sorprende con los detalles que pocos o nadie conocía sobre la actriz Marilyn Monroe; algunos de ellos, tienen que ver con México. Pero como es esto, a continuanción te lo cuento.

Marilyn vivió durante una época en los Estados Unidos en la que predominaba la Ley Seca, esto significaba que la venta de alcohol estaba prohibida, así como la apertura de bares y centros de entretenimiento, y aunque los rincones speak easy se convirtieron en sitios muy populares de momento, eso no le bastaba a la actriz para pasar un buen momento, eso no era suficiente para la protagonista de How To Marry a Millionaire. Ella ocasionalmente viajaba a Chihuahua, concretamente a Ciudad Juárez, en donde solía toparse con distintas figuras artísticas, una de ellas fue Frank Sinatra.

Gladys Pearl Baker, fue la madre de Norma Jean Monterson (este es el verdadero nombre de Marilyn Monroe), nació el 27 de mayo de 1902 en Piedras Negras, Coahuila, México. Sin embargo, su madre no se encontraba en su mejor estado de salud, y su relación con su hija no fue la mejor, quien siguió su camino hasta convertirse en la estrella que hasta hoy.

Monroe no era ajena a México. Más allá de los orígenes de su madre, la actriz tuvo unas vacaciones en 1953 con su novio y futuro marido, el beisbolista Joe DiMaggio, a las playas de Puerto Peñasco, en Sonora. Ocho años después, volvería a México para ir a Ciudad Juárez y conseguir un divorcio rápido de Arthur Miller, de acuerdo con los registros de 1961 de la Dirección de Archivos del Poder Judicial del Estado de Chihuahua.
 
Algo que quizá ya muchos conocen, en febrero de 1962 volvió a visitar México, y alrededor de este suceso se cuentan bastantes mitos de este evento histórico que muy pocos lograron presenciar, donde se rumora que la Doña "Maria Felix" desprecio a Marilyn por que no le interesaba conocerla haciéndole el desaire, por lo que el "Indio Fernandez" le dio la bienvenida, donde a cenar a la casa de este y su esposa, que además le mostró el tequila. Probablemente, con sus constantes visitas a Juárez esta no era una bebida extraña para ella. Esta gran figura tenía una relación singular con México, una que no parecíamos comprender hasta ahora, y sin embargo, nos fascina.

El 22 de febrero de 1962, un joven fotógrafo ‘freelance’ de la Ciudad de México recibió un encargo muy especial. Marilyn iba a estar en México así que el debía fotografiarla y rescatar aquella anécdota del olvido del tiempo. Antonio Caballero, que entonces tenía 23 años, acudió emocionado al Hotel Continental Hilton. Allí aguardaban varias decenas de reporteros y fotógrafos. “Le preguntaron por qué no usaba medias y ella respondió: ¿acaso no les gusta mi piel? Y luego le preguntaron que si usaba ropa interior y dijo que ella solo usaba Chanel número 5″, recuerda Caballero. Hace seis décadas, la aclamada estrella de Hollywood compró los muebles de la casa donde fue hallado su cuerpo, adquirió un suéter y tuvo un romance con el cineasta mexicano José Bolaños, todo bajo la atenta mirada del FBI, cinco meses antes de su muerte.

 
Caballero recuerda la tensión de los fotógrafos que la esperaban cuando se retrasó casi dos horas a su rueda de prensa. “Ella no llegaba. Dieron las 15.00, las 15.30, 15.45, ya estábamos diciendo de irnos cuando apareció por otro elevador y fue rodeada por un enjambre de fotógrafos con sus flashes”, asegura. Realmente la actriz había aterrizado en México dos noches antes. Viajaba con su peinador, su jefa de prensa y su asistente Eunice Murray, según cuenta su biógrafo Alberto Carbot, autor del libro Marilyn en México que se publicará en este 2023. El objetivo del viaje era comprar muebles para la casa de estilo español que había adquirido un mes antes y que aparece en diferentes fotografías forenses del día posterior a su muerte. “Por esa razón en las fotos se ve su casa casi vacía, todavía no le habían llegado la mayoría de las compras que realizó en México”, detalla Carbot. 

Donde hoy se alza el imponente edificio de oficinas de la Comisión Federal de Electricidad, en el cruce de Reforma con Insurgentes, antes estaba el Hotel Hilton Continental, el cual tuvo que ser demolido tras el terremoto de 1985. Su gerente era Jean Pierre Piquet, un amigo de Frank Sinatra al que el cantante encomendó atender a Monroe como una reina. Desde su sala de conferencias, la actriz deleitó a la prensa lanzando besos con la mano y sin perder su amplia sonrisa perenne. No se le desdibujó ni cuando los periodistas le preguntaron sus medidas, si se había amargado por sus fracasos matrimoniales o si le gustaría tener algún idilio con un actor mexicano. “Nunca me mido, es la gente la que me mide”; “De ninguna manera, todavía no pierdo las esperanzas de encontrar la felicidad” y “¿Por qué tiene que ser actor? Con que sea mexicano me basta”, fueron sus amables respuestas en un tono de voz melodioso y tranquilo, como describe Caballero. “Llevaba un vestido verde agua clarito, de manga tres cuartos”, rememora sobre el atuendo que llevaba Monroe, el mismo con el que la sepultarían cinco meses más tarde.

Como el resto de los fotógrafos, peleó por un buen ángulo para tomar una fotografía. Quedó relevado a los pies de la estrella, que estaba sentada en un sillón con las piernas cruzadas frente a una botella de champán. “Justo cuando se sirvió una copa y descruzó las piernas, le tomé una foto. Me di cuenta al revelarla que no tenía ropa interior”, narra el fotógrafo. “Sentí vergüenza, teníamos otra educación de pudor y respeto a la mujer”, confiesa Caballero, cuya icónica foto sería varias veces plagiada.

Aquel día, la actriz tenía una agenda apretada. Al acabar la cita con la prensa, se fue al Centro Histórico a comer a El Taquito, el histórico restaurante que abrió sus puertas en 1917. Hoy, sigue dando servicio, aunque los años lo han sepultado entre incontables puestos de venta ambulante. Sus paredes naranjas están repletas de centenares de fotografías de sus famosos comensales. Una en particular es la más buscada, aquella que muestra a la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias (1953) sentada con un cóctel margarita en mano junto al feliz dueño del restaurante, entonces Rafael Guillén. Su hijo de sesenta años, que lleva el mismo nombre, muestra el camino a la fotografía. Está al lado de una ventana que deja pasar una estela de luz de sol que ilumina una silla. “Aquí se sentó ella, justo aquí”, insiste Guillén.

Ella no era una celebridad extraña a las sesiones de fotos, y cada tanto tenía que estar en alguna por una entrevista, para promocionar una película y demás. Uno de estos photoshoots (creo que de los ultimos que realizo antes de su muerte) fue con el fotógrafo George Barris, quien hizo una sesión con ella, para que la que solicitó que se pusiera un suéter con botonaduras al frente, de chiconcuac, prenda que fue elaborada en Santiago Tianguistengo, en México. Este fue subastado por la casa Christie’s.

Como curiosidad, existe una obra de ficción dedicada esta gran figura, lleva el nombre de "El retorno de Marilyn Monroe" de Gonzalo Martre.

Nos andamos leyendo.

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